HISTORIA DE LA FARMACIA LA PILARICA
La fundación
En el año 1941, D. Aniceto Lázaro Salmerón, con 27 años y farmacéutico natural de Abla y Licenciado por la Universidad de de Granada, abre las puertas de una nueva oficina de farmacia en Almería en plena posguerra de la Guerra Civil española. Se trataba de la oficina de farmacia número 35 de la provincia de Almería y estaba situada en la Rambla Obispo Orberá haciendo esquina con la Plaza del Mercado Central. En la planta baja se atendía al público con el clásico mostrador de madera de roble. Mientras que en el primer piso se encontraba el clásico laboratorio donde el farmacéutico preparaba sus preparados oficinales y las fórmulas magistrales que prescribía el médico correspondiente.
D. Aniceto regentó su oficina de farmacia durante más de cuarenta años, hasta el año 1985, cuando decide vender a la edad de 70 años su adorada farmacia a un joven matrimonio de farmacéuticos formado por Dña. Ascensión Fuentes Fernández y D. Manuel Fernández González, naturales de Granada y Adra respectivamente, con 33 años cada uno y, de nuevo, licenciados por la Universidad de Granada.
Una nueva generación
Es la España de la joven democracia, el PSOE apenas lleva dos años de gobierno, hemos celebrado un mundial de fútbol con gran éxito organizativo y Barcelona y Sevilla son serias candidatas para organizar los Juegos Olímpicos y la Exposición Universal. En este ambiente de optimismo y renovación los nuevos farmacéuticos emprenden cambios y mejoras en la clásica oficina de farmacia que acaban de adquirir.
Las viejas estanterías de madera se sustituyen por un sistema de cajoneras que ahorran espacio y tiempo, se renuevan los carteles y se instalan luminosos nuevos en la fachada, así mismo se implementa un espacio específico para los medicamentos y productos veterinarios aprovechando el flujo de ganaderos que acuden al Mercado Central a vender sus piezas recién sacrificadas en el Mercado Central. Se cambia el antiguo mobiliario de madera oscura por uno más moderno de color blanco y se exponen los productos de parafarmacia en vitrinas de cristal.
Por contra, siguiendo la tendencia nacional, el laboratorio de la primera planta recibe cada vez menos trabajo, manteniendo sólo una cierta actividad preparando perfumes, que la propia farmacia vendía, alguna formula magistral que viniese prescrita y los preparados oficinales. Es por ello que la primera planta cada vez es más almacén y cada vez menos laboratorio.
Así, después de unos años de trabajo y bonanza económica en la provincia (es en estos últimos años del siglo XX cuando termina de explotar la dimensión internacional del modelo de agricultura intensiva del poniente almeriense) se produce el cambio de siglo y de milenio. La ciudad se encuentra inmersa en cantidad de obras e infraestructuras nuevas para atajar el nuevo siglo y nuestro propio evento internacional (los Juegos Mediterráneos Almería 2005).
Un nuevo comienzo
A principios del año 2009 se completa el traslado a una zona de nueva construcción de Almería, el actual emplazamiento de la calle Pilarica n°9. Se trata de una extensión del barrio San Luis pero que ha crecido al calor del Centro Comercial Mediterráneo, las nuevas instalaciones de la UD Pavía (Instalaciones Tito Pedro), el nuevo Parque de Bomberos de la ciudad y edificios de uso gubernamental como Canal Sur Almería, la Oficina Provincial de Extranjería y la sede provincial del Instituto Nacional de Estadística.
Asentándose en las antiguas tierras de la fábrica de las Minas de Gádor, nace un nuevo barrio de Almería al que queremos ofrecer nuestros servicios y atención especializada en la Salud.
Se construye una farmacia moderna basada en el acero y el vidrio propios de la industria farmacéutica, que transmiten sencillez e higiene. Se dota a la farmacia de una imagen y logotipo que den a conocer desde el principio a todo el barrio nuestros valores. Se elige como color corporativo un verde manzana que transmite serenidad y juventud al aspecto general de la oficina de farmacia. Así mismo se elabora un logotipo que es una cruz formada por cuadrados de diferentes tamaños y tonos de verde para transmitir el carácter multidisciplinar, en el que casi todos los campos de la farmacia tienen cabida y en que intentamos dar soluciones a todos los problemas que nuestros clientes y pacientes nos plantean. Así es como nace la imagen actual de Farmacia Pilarica.
Despedimos a D. Aniceto Lázaro en el año 2010, farmacéutico fundador que nos dejó a los 96 años de edad.
Cinco años después del traslado (en el año 2014) y con la farmacia ya asentada pero aún con dificultades, la farmacéutica Dña. Ascensión Fuentes Fernández, antes de que llegue la edad de jubilación (lo cual ocurriría dos años después) y tras tres décadas regentando la farmacia decide vender la farmacia a su hijo D. Carlos M. Fernández Fuentes, con 30 años de edad y también farmacéutico licenciado por la Universidad de Granada.