En este artículo vamos a hablar sobre las mayores afecciones que pueden afectar al cuero cabelludo, a excepción de enfermedades infecciosas y la alopecia, pues cada una de ellas puede llevarnos un artículo entero. Debemos tener en cuenta que algunas de las afecciones que vamos a tratar en este artículo, si no se tratan adecuadamente, pueden provocar el debilitamiento del bulbo piloso y por tanto la caída del cabello que lo conforma, aunque siempre de forma temporal.
Caspa
La caspa consiste en pequeños restos de piel seca que se desprenden del cuero cabelludo. En algunos casos, la caspa puede venir acompañada de una sensación de picor en la cabeza.
El origen de la caspa no es tan simple como se supone. De hecho, su verdadera causa está aún por determinar, pero sí que no está relacionadacon la falta de higiene, aunque podría agravarla.
Para los dermatólogos, utilizar champú anticaspa y tratamientos para el cuello cabelludo son los mejores métodos para tratarla. Para obtener buenos resultados, se deben tener en cuenta estos consejos se deben seguir las instrucciones de la botella del champú. Cada anticaspa incluye diferentes elementos activos para combatir los síntomas. Algunos champús necesitan dejarlo durante unos minutos. Otros, por el contrario, no se deben dejar mucho tiempo.
También debemos tener en cuenta la raza del paciente a la hora de tratar el cuero cabelludo:
Aunque la presencia de la caspa no necesita de un examen médico, el prurito y los pequeños restos pueden aparecer por otras patologías como el eczema, la psoriasis, la dermatitis seborreica o infecciones fúngicas del cuero cabelludo.
Si el champú anticaspa no soluciona el problema, es imprescindible acudir al dermatólogo, que prescribirá el mejor tratamiento según su diagnóstico.
Dermatitis Seborreica
Según la Academia Española de Dermatologia, la dermatitis seborreica (DS) es una afección cutánea crónica, que entra dentro del diagnóstico diferencial de las dermatosis eritematoescamosas (enfermedades de la piel que cursan con enrojecimiento y descamación de la misma).Presenta dos picos a lo largo de la vida de los pacientes, uno en lactantes antes de los 3 meses de edad y otro entre la cuarta y séptima década de la vida, afectando más a hombres que a mujeres.
Se desconoce la origen de la DS. Se localiza en zonas donde existe un aumento de la producción de sebo por la presencia de abundantes folículos sebáceos como son el cuero cabelludo, cara, orejas y parte anterior de tronco. Se ha implicado en su patogenia al hongo Malassezia furfur (anteriormente Pityrosporum) ya que se ha encontrado en cantidad abundante en los pacientes afectos de DS, aunque algunos autores no comparten esta opinión. El estrés emocional, la baja temperatura del invierno y el otoño, la baja humedad en cuartos provistos de calefacción central agravan la DS. En pacientes con predisposición a la psoriasis, la DS tiende a evolucionar hacia esta entidad.
En los lactantes se manifiesta en los primeros meses de vida en forma de escamas y costras de aspecto graso que se distribuyen en áreas intertriginosas (pliegues de la piel) y cuero cabelludo (costra láctea). No se produce caída de cabello y la inflamación es leve. La humedad y la maceración provocada por el uso de pañales y ropa semioclusiva empeoran la enfermedad, pudiéndose producir infecciones oportunistas (candidiasis del pañal).
El pronóstico es bueno y no presentan más probabilidades de padecer DS en la vida adulta. La ausencia o presencia leve de prurito (picor) es propio de la DS en lactantes.
En lactantes que presenten costra láctea, el objetivo va a ser la eliminación de la misma, mediante la aplicación de champús infantiles suaves, champús o soluciones con ácido salicílico, corticoides de baja potencia o incluso antimicóticos tópicos en forma de champú. El tipo de dieta se ha demostrado que no influye en la evolución de esta entidad.
La DS en adultos se caracteriza por la presencia de eritema leve a intenso, escamas y costras oleosas gruesas junto con prurito en cuero cabelludo, parte interna de las cejas, pliegues nasolabiales, región retroauricular, región esternal y/o conducto auditivo externo. En esta etapa de la vida el curso de la enfermedad es crónico con exacerbaciones en los meses fríos y remisiones en épocas cálidas.
En adultos al tratarse de una enfermedad crónica lo recomendable es no utilizar terapia agresiva. En la DS del cuero cabelludo se emplearán champús que contengan sulfuro de selenio, zinc piritione, cicloprirox olamina o ácido salicílico. Recordar que en el caso de los hombres se desaconsejan las lociones after-shave, especialmente si contienen alcohol, así como el uso de jabones agresivos, y se aplicarán corticoides tópicos de baja potencia, antimicótico tópico siendo el más utilizado el ketoconazol.
Psoriasis del Cuero Cabelludo
Se trata de una dermatosis inflamatoria que puede aparecer afectando únicamente al cuero cabelludo o acompañar a las otras manifestaciones propias de la psoriasis. Hasta en un 30-40% de los casos existen antecedentes familiares.
Aparecen placas eritematosas (enrojecimiento), cubiertas por gruesas escamas plateadas. Por lo general, presentan buena delimitación, y aunque pueden afectar a cualquier zona del cuero cabelludo, lo más frecuente es encontrarla afectando el borde de implantación del pelo, las zonas retroauriculares y la parte superior de la nuca. En algunos casos pueden producir un intenso prurito.
Cuando no existen lesiones tipo con placas bien delimitadas y no se acompaña de lesiones en el resto del cuerpo, puede ser difícil de diferenciar de la DS, la cual produce una descamación más fina y difusa en todo el cuero cabelludo. En ocasiones, el cuadro clínico presenta características tanto de la dermatitis seborreica como de la psoriasis sin poder llegar a un diagnóstico claro, en ese caso se usa el término sebopsoriasis, cuyo tratamiento es el mismo.
La psoriasis del cuero cabelludo causa un importante impacto negativo en la calidad de vida de los pacientes, ocasionando trastornos emocionales debido a su localización en áreas visibles. El tratamiento de la psoriasis del cuero cabelludo implica que primero debemos eliminar las escamas para posteriormente poder aplicar un tratamiento para la propia lesión de psoriasis.
La eliminación de las escamas incluye el reblandecimiento mediante el uso de aceites o vaselinas, la aplicación de productos con acción queratinolítica (ácido salicílico, urea, derivados de la vitamina D y derivados de los alquitranes como la brea de ulla) y el lavado final con champús. Los productos deben ser aplicados sobre el cuero cabelludo y no sobre el pelo.
El tratamiento de la parte inflamatoria de la psoriasis incluye fundamentalmente los corticoides, solos o en combinación con otras sustancias activas, administrados en forma de geles, soluciones o champús. Los tratamientos deben ser aplicados por la noche y la frecuencia de uso dependerá de la gravedad.
La psorisis capilar puede provocar la caída del cabello, pero esta pérdida es temporal con repoblación posterior. Se produce por la propia inflamación y por la acción de las escamas. Intentar eliminar las escamas de forma traumática sin previo reblandecimiento, puede agravar la pérdida de cabello.
El uso de tintes, fijadores, spray o permanentes en el cabello si el paciente tiene psoriasis dependerá de la tolerancia a estos productos, que varía enormemente según cada paciente. En la medida de lo posible, conviene evitar productos fuertes o con alcohol. Así mismo, el corte de cabello no influye en la evolución de la psoriasis, sin embargo, llevar el cabello corto, facilita el acceso de los tratamientos aplicados sobre el cuero cabelludo.
Hay muchas substancias lubricantes que ayudan a hacer saltar las escamas. Las más sencillas son los aceites de niño, aceite de oliva, aceites de alquitrán y acondicionadores para el cabello. Lo mejor es aplicarlos sobre las escamas por la noche y dejarlos actuar durante unas horas o toda la noche. El efecto es potenciado si se cubre la cabeza con un gorro de plástico o con una toalla. Por la mañana y con la ayuda de un peine suave es fácil hacer saltar las escamas y posteriormente lavar la cabeza con un champú.
Fuente:
Fundación Piel Sana – Academia Española de Dermatología y Venereología