Higiene íntima en verano
Con el calor y los baños repetidos tenemos que cuidar todavía más nuestra zona íntima en
verano
Lo primero es lavar bien para eliminar el cloro de la piscina o la sal y la arena del mar ,
para evitar las irritaciones que pueden causar en esta zona delicada.
No te pongas ropa demasiado ajustada porque favorecen el desarrollo de los microbios y
las irritaciones por el roce del tejido.
Además, nuestros bañadores suelen estar hechos de poliamidas, licra, poliéster, materiales
sintéticos que aumentan el sudor, las irritaciones y las rozaduras. Por lo que lo ideal es
cambiar el bañador por una ropa interior de materiales naturales y suaves como el
algodón, la seda o el lino y no quedarse todo el día con el bañador húmedo puesto.
Al utilizar un tampón o una copa menstrual para bañarte, no te olvides de cambiarlo cada
cuatro horas como mucho.
Consejos generales para todo el año
Nunca hagas lavados vaginales si no te lo prescribe tu ginecólogo. Estos lavados
vaginales sin un adecuado control y supervisión pueden aumentar el riesgo de infección al
desequilibrar la flora. La vagina tiene un mecanismo de limpieza fisiológico a través de las
secreciones permanentes que eliminan las células muertas y los microbios.
Por otro lado recuerda que la vulva es una zona naturalmente húmeda, y una limpieza
demasiado frecuente o con productos agresivos podría producir sequedad e incomodidad.
Lo ideal es usar un producto de higiene íntima especialmente formulado para la zona y con
un geles con pH adaptado a tus necesidades . Por ejemplo, un pH cerca de 4 está
indicado para las mujeres en etapa fértil, mientras que un pH de 7 está indicado para las
niñas y las mujeres menopáusicas.
Para limpiarte siempre tienes que hacer movimientos desde la zona uro-genital hacia la
zona anal, nunca al revés, para no acercar las bacterias del ano a la zona íntima.
Finalmente, ante cualquier molestia, picor, candidiasis, no dudes en tomarte un
probiótico adecuado . Ya sea por que tengas un desequilibrio importante de la flora (por
ejemplo en el casos de las candidiasis recurrentes) o solamente una sensación un poco
desagradable, siempre te será beneficioso un tratamiento con probióticos. Servirá para
aportar bacterias «buenas», evitando que se desarrollen las “malas”, en cualquier momento
de debilidad (estrés, bajadas de defensas, tratamiento con antibióticos, etc.). Por supuesto
es un tratamiento que nunca va a generar problemas o efectos secundarios pues se trata de
recomponer o potenciar la propia flora bacteria vaginal.