Todo el mundo conoce los efectos de la astenia primaveral (cansancio, falta de fuerzas, decaimiento anímico), pero muy poca gente sabe que también en otoño se pueden dar estos síntomas debido al parón que suponen las vacaciones y la progresiva disminución de las horas de luz. Para adultos y niños, el fin del verano supone una vuelta a la rutina que, muchas veces, es difícil de seguir.
Para combatir este estado de ánimo es importante respetar los horarios de sueño, hacer ejercicio físico y llevar una vida sana en general. La alimentación en estos casos juega un papel fundamental, siendo aconsejable incluir proteínas de alto valor biológico en la dieta diaria además de vitaminas del grupo B. En este sentido, es recomendable consumir productos ricos en vitamina B3 (niacina) y B12 y aminoácidos esenciales como el triptófano.
La vitamina B12 . Es una vitamina importantísima para las células hematopoyéticas de la medula ósea. Su déficit produce anemia perniciosa y degeneración de células neuronales. Además de encontrarla en la carne, se encuentra en la leche, los huevos y el pescado.
La Niacina o vitamina B3 interviene junto a otras vitaminas del complejo B en la obtención de energía a partir de los hidratos de carbono. Entre algunas de sus funciones, sirve para mantener en buen estado el sistema nervioso, mejora el sistema circulatorio, ya que relaja los vasos sanguíneos otorgándoles elasticidad y mantiene la piel sana, al igual que mantiene sanas las mucosas digestivas.
La Piridoxina o vitamina B6 participa en el metabolismo de los aminoácidos.